Al igual que otros grupos que formaban verdaderas hermandades gremiales, los habitantes de A Graña, utilizaban una jerga denominada “Barallete”, para comunicarse entre sí sin ser entendidos por los demás. El Barallete era empleado por los paragüeros, afiladores, vendedores de paños, caldereros, viveleiros (compradores de oro y plata), xingreiros, follateiros (paragüeros), segadores y mozos de carga. Del mismo modo era empleado por aquellos que vivían de la caridad pública: ciegos, mendigos, carteristas y ladrones.
Está formado por más de 1.600 voces, siendo por su número una de las jergas gremiales más ricas de las estudiadas en toda España. La mayoría de los vocablos son sustantivos, nombres de herramientas, de alimentos, bebidas y agentes de autoridad. Abundan los verbos y escasean los adjetivos. Algunas de las voces del barallete son de origen Vasco como: ardoa (vino), Queico (Dios), mutilo (mozo), Ancha (Castilla), Berria (Asturias) y Galleira (Galicia). Este es hablado prácticamente por todo el vecindario, que lo utilizan mezclado con el gallego, así como en sus refranes y canciones.