Construido en el año 1.899 se levanta altivamente una de las obras más destacadas del maestro cantero José Cerviño, escultor de famosos cruceiros en toda Galicia y reconocido especialmente por la obra del “Cruceiro de Hio” en el municipio pontevedrés de Cangas do Morrazo. Para Hipólito de Sá la interpretación del conjunto de la obra debe de tener un carácter religioso, pudiéndose aceptar como posible la siguiente: el Cristo en la parte más alta como redentor, su madre a continuación que colabora en la obra de salvación, nuestros primeros padres, después el pecado, la serpiente que lo provocó, en la base el purgatorio y en la parte central el camino de salvación para el hombre a través de las cuatro virtudes cardinales; Fortaleza, Templanza, Justicia y Prudencia. Otra tesis defiende que las figuras de su parte media representan las Artes Liberales: Arquitectura, Escultura, Pintura y Música. La más popular y comúnmente aceptada es la que defiende que estas figuras simbolizan la Agricultura, la Industria, la Justicia y las Artes, siendo así alegorías profanas e incorporando con ellas los valores de progreso y desarrollo del nuevo siglo que suponen un mensaje de esperanza para un futuro mejor y más justo. Es esta interpretación la que hace del Cruceiro de Covelo una pieza única al incluir figuras y conceptos modernos, ajenos al carácter exclusivamente religioso de los restantes más de 10.000 cruceiros de Galicia.
Fuente, entre otras: El libro "El Cruceiro de Covelo: Santísimo Cristo de los aflijidos, obra de José Cerviño, ejemplar único". Autor: Maximino Fernandez Sendín. Año de edición: 2003. I.S.B.N.: 84-607-8451-7.